Receta para una biblioteca sana

Tenemos que hacer más animación a la lectura, tenemos que trabajar más ese servicio en las bibliotecas, no todo tiene que ser que venga un profesional a hacer un cuentacuentos, externalizar el servicio o similar. Está muy bien lo de los laboratorios, crear proyectos, espacios de creación, y es un buen complemento, pero nos olvidamos de lo más importante, de lo que están principalmente llenas las bibliotecas, de libros, tenemos que hacer lectores, tenemos que crear lectores.

Ayer en la sala tuve varias generaciones de usuarios que han pasado por las actividades que hacemos en el Silo desde 2012 (hace ya 10 años) y ver como el trabajo realizado durante este tiempo se va viendo reflejado motiva a continuar con esta labor...

Puede que pase el tiempo y dejen de leer, pero ya tienen la semilla dentro, saben que en la biblioteca pueden hacer actividades además de ir a por libros y demás, ¡que prestamos con mucho gusto!. Pero habituar a los usuarios a que en la biblioteca hay actividades, que se pueden divertir y pasar un buen rato. Que pueden venir a conocer a una escritora o ver a un mago. Creo que ésta es la forma de que las bibliotecas mejoren y que mejoren progresivamente. Que los laboratorios ayuden a encontrar otros usuarios, claro que sí. Pero la semilla que pusimos siga creciendo y fortaleciéndose con más ofertas, más actividades.

Hoy he leído un artículo sobre la Biblioteca de las cosas y es lo que me ha motivado a escribir estas palabras. Prestar moldes de tartas, prestar herramientas, prestar instrumentos musicales. Todo esto ocurre en Inglaterra, y no de ahora, si no desde hace mucho tiempo... Está muy bien buscar más usuarios/as y complementar el servicio que damos, pero no se deja de estar detrás de un mostrador y prestar un objeto, un libro...

Perdemos de vista nuestro servicio esencial, hacer lectores, personas con pensamiento crítico. Es triste que seamos nosotros los que NO reivindiquemos nuestro trabajo. Pienso que la mejor forma de que las bibliotecas se reconozcan es así, trabajando a nuestros usuarios y no esperar en el mostrador a hacer un préstamo o una recomendación... Nos quejamos de que cada vez se presta menos, que cada vez tenemos menos presupuesto, que cada vez tenemos menos trabajo, que cada vez está peor valorado este bonito servicio público, que cada vez tenemos menos usuarios, tenemos que hacer autocrítica.

Hay que dejar de buscar excusas, hay que ANIMAR a leer, no se conseguirá ni en un día ni en un año, hay que mirar más adelante mucho más adelante, hay que mirar al final de nuestra vida y esperar que todo ese trabajo conjunto, entre todos y todas, se vea en la sociedad.

ANIMAR es un trabajo precioso, donde una pequeña desconocida se te acerca y te pide que le des un abrazo cuando has terminado de contar un cuento, donde nos divertimos contando nuestras anécdotas reflejadas en un párrafo de un libro, donde nos socializamos y dejamos que un lector deje de ser solitario y que conozca otros puntos de vista de una obra, donde te cruzas con un peque por la calle y te señala con el dedo, se acerca su padre y te dice que te conoce porque te ha visto en youtube mientras merendaba, donde se te acerca un profesor y te recuerda una recomendación que hiciste hace la friolera de 15 años y le cambió la vida, donde una pequeña se acuesta viendo los vídeos de los cuentacuentos, donde una chica te pide más pasapalabras en las sesiones de los clubes de lectura, donde te piden más scape rooms literarios para disfrutar una aventura.

Me encanta ser bibliotecario, me encanta animar a leer a todos esos peques que vienen los miércoles o los jueves a pasar un rato en la biblio. 

Comentarios